jueves, 17 de diciembre de 2009

La nieve y la suerte...




Siempre me he considerado un tipo con suerte, mala o buena suerte, pero suerte al fin.
Parecía un día normal, pero una llamada avisándonos de una pequeña nevada en el cofre, fue la que comenzó todo. Aunque el solo y el paisaje despejado nos hacían dudar, pasé por la reportera Eirinet Gómez y el camarógrafo Rodrigo León (Yuca) y mientras más nos acercábamos al cofre más dudábamos. En el camino pensamos en buscar temas adicionales porque no veíamos ningún rastro de nieve, al contrario hacía un bochorno que se incrementaba por el calor del motor que sale del hueco que tiene en el piso mi coche.

Entonces cada quien propuso algún tema para no llegar a la agencia con las manos vacías, nos imaginamos a los compañeros burlándose de nosotros al regresar sin nada. A la mitad del camino, mi coche, jeep modelo 79 comenzó a fallarme, se le salió la machicuepa (es una pieza que no se cómo se llama pero esta cerca del clutch y va al motor), se arreglarlo pero no tenía herramienta.

Para entonces era la una de la tarde, el jeep descompuesto y no había nieve, esperamos 30 minutos hasta que unos estudiantes pasaron y nos prestaron herramienta con la que pudimos componer el jeep y avanzar hasta la peña (la parte más alta de la montaña).

Y tal como ya lo habíamos previsto la machicuepa se volvió a salir, pero sin apagar el coche y en primera avanzamos hasta la peña, para ese entonces ya no había rastros de agua nieve. Ya no vimos a los estudiantes para que nos prestaran su herramienta, mis compañeros se morían de frío, y le dije a la reportera que hablara a protección civil para aplicar operación rescate.

Dije, que mala suerte, que se descomponga el pinche coche, y que llegáramos tarde al agua nieve, porque eso era, buscando bajo las piedras encontramos un poco de nieve y esa fue la foto que subimos a la agencia.

Ya en la peña, toqué la puerta de una casa con antenas donde don Manuel se encarga de hablar a los aeropuertos para avisar como está el clima, ya para ese entonces la temperatura comenzó a bajar drásticamente, nos dio café caliente, pensé en mi gastritis pero para el frío le entré, Yuca no podía ni moverse. Eran las cuatro de la tarde cuando protección civil llegó y de plano mi coche no se pudo remolcar, porque ahora si había empezado a nevar, el paisaje se volvió blanco , pasamos levantando a unos chavos que pensaron quedarse a acampar en el cofre pero no se imaginaron que cayera nieve, en la batea venían contando que eran estudiantes, uno de ellos sacó una botella de aguardiente, de nuevo pensé en mi gastritis, pero tenía hielo alrededor de mis orejas, yuca ni se diga venía como pasmado el, Eirinet dentro del coche.
De nuevo pensé, que buena suerte que venimos, que suerte que se descompuso mi coche, si no fuera por ese tiempo que perdimos en mi coche no nos tocaba la nevada, que suerte que nos encontramos a los estudiantes y a todas las personas que nos ayudaron y los de protección civil, los de la Universidad Veracruzana y don Manuel, se portaron chidos, al final regresamos con buen material a la agencia, no cabe duda soy un tipo con suerte… buena o mala, pero suerte.

3 comentarios:

  1. Yo no creo mucho en la suerte, pero si que uno provoca que las cosas pasen y es mas que claro que todo se junto para provocar que tuvieras las fotos que querías, quedaron bien chidas, saludos Amigo.

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  2. El lugar correcto a la hora correcta.
    Desde aquí esas imágenes se ven divertidas, sentir ese frío no creo que lo sea tanto, je.
    Chingonas las fotografías y tu texto. El puro instinto periodístico. Qué rico.
    Un abrazo ré grandote desde mi Puerto congelado.
    Tango

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  3. Creo que con el pasar de los años tengo que decir que en realidad si eres un tipo con suerte!... saludos, me encantó este relato...

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