viernes, 13 de agosto de 2010

La historia de un fotógrafo llamado Oliverio


El abandono de su mujer y sus hijos provocaron en Oliverio el afan de recolectar la basura de la ciudad en su casa. Durante 10 años la tristeza acumuló olores nauseabundos en el espacio que anteriormente albergó su hogar y su estudio fotográfico.
En este tiempo logró recolectar casi 40 toneladas de deshechos en una casa de dos pisos localizada en la colonia Progreso.
Los vecinos dicen que antes de que su familia lo dejara, Oliverio tenía el oficio de fotógrafo, contaba con un estudio, su casa era limpia y elegante, pero ahora sólo predomina la peste, desperdicio, moscas, basura, ratas, cucarachas pero sobre todo dolor, tristeza y olvido.