Cd. Isla, Ver.- Ciudad Isla llora de impotencia y desesperación, de coraje y tristeza por la impunidad que pesa sobre los más de siete asesinatos de mujeres ocurridos en la zona.
La escena da rabia: Un señor alzando un niño preguntando a las autoridades ahí presentes, sí les parece justo que no sepa el paradero de su madre. Cuando la gente intenta levantar una denuncia por la desaparición de sus mujeres, las autoridades les dicen que no se puede, porque no hay tinta, que seguramente se fue con un macho. Otra mujer llora y se resiste a creer que la muchachita que apareció en los piñales salvajemente golpeada, cortada, violada y asfixiada con su propia ropa interior, igual que otras tantas mujeres, sea su hija.
A las jovenes las levantan en la calle o reciben llamadas que las obligan a salir solas a la calle y ahi son secuestradas.
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