jueves, 23 de julio de 2009

¿Quién dijo miedo?


Pues más bien, precaución, cuando me preguntan por que ya no me meto a tomar fotos de los toros cerca, además de que ya existen los telefotos, me pasó algo curioso.... hace algunos años, resulta que una mañana de xiqueñada, desperté y me cambié para dirigirme a las fiestas de la Magdalena, el día que sueltan varios toros por la calle principal del pueblo, unos toros de Lidia de 500 Kilos, desperté muy tarde, era soltero no encontré ropa limpia y decidí irme sin calzones, mi pantalón de mezclilla, mi playera, mi chaleco de fotógrafo, mi cámara análoga una Nikon FE de metal con un motor de 8 pilas y un angular bastante pesado, fui en ese entonces con mi novia Flavia (ahora esposa) y llegamos al pueblo, nadie nos dejó pasar, la única manera de entrar era por abajo y meternos a la calle donde sueltan los animales, entramos, en eso abren la primer compuerta y sale un méndigo toro color gris, mal encarado con los cuernos puntiagudos, lo veo, me ve, camino hacia atrás, me sigue, camino más rápido, él también, corro despacio, me sigue todavía, corro más rápido y acelera su paso y me persigue hasta que llegué a Palacio Municipal y me topo con otro toro de frente, volteo y lo tenía cerca, entre los dos méndigos toros me hicieron sandwich, tomo al toro gris por los cuernos y me quiere cornear, pero no lo dejo estoy pegado a su cabeza tomándolo de los cuernos con las dos manos, mi cámara golpea su cabeza, más se molesta, camina hacia a mí, y camino hacia atrás, no se de que manera me desabrocha el cinturón, sale volando el botón de mis pantalones y poco a poco empiezan a bajar, pensé los pantalones no, siento el peluche de su frente hacerme cosquillas al estar yo sin calzones, la gente lo disfruta, se ríe, quiere ver sangre, de nada les sirve tener tantas iglesias, quieren ver que el toro me medio mate, con la fuerza del toro me hace como muñeco de trapo, para entonces mis pantalones están en mis tobillos, no tengo un zapato, también perdí un calcetín, como no fui sin calcetines nada más, en lugar de no llevar calzones, me avienta no se cuantos metros y siento que algo escurre de mi pierna, pienso, me corneó, ¡me corneó!, me reviso y es baba del toro, además me babeó el cabrón, quiero salir y nadie me deja, al final logro escapar, me prestan un mecate para usarlo como cinturón, me revisan en una ambulancia y no tengo nada, me voy sin zapato, tiro el otro y me compro unos un poco chafas, me busca mi novia y solo le dan el otro zapato, ya en la noche, mas calmados vemos en la tele a Joaquín López Dóriga y dice...Mire usted, como celebran en Xico Veracruz las fiestas de la Magdalena, y salen mis nalgas a nivel nacional, de arriba a abajo abrazado del toro....esa fue la triste y verdadera historia de por que ahora toma la fiesta desde la azotea del ayuntamiento.... Pendientes.

3 comentarios:

  1. Desde ese dia, le agarraste un amor a los toros jajajaajaj

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  2. Por ahi decian que ya hasta corral les habias puesto a los toritos jajaja... buena experiencia

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  3. Buena anécdota amigo, a mi por eso los toritos no mas en vino y con un hielito, de lejos y desde la barrera pa los torotes que como ya hemos visto muchas veces son de respeto, saludos.

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